domingo, 24 de marzo de 2013

1º ESO: Konrad o el niño que salió de una lata de conservas (Curso 2011-12)


ARGUMENTO:


La señora Bartolotti vive bastante feliz, aunque la gente la considere rara. Se dedica a tejer alfombras en casa y a pedir toda suerte de objetos por catálogo; su vestimenta es todo menos gris y sus costumbres y horarios chocan con los de su vecindario. Un día recibe una gran lata con un niño dentro; una fábrica le hace llegar uno de sus productos más elaborados: un niño perfecto, educado y amable, listo y obediente. 
Konrad, el niño que salió de una lata de conservas, tiene que adaptarse a las peculiaridades de su nueva madre y aprender que no todo es perfecto. Pronto aparecen en su vida otros personajes que le ayudaran en el cambio hacia un niño más humano y menos formal. Kitti, la vecina de su misma edad, le protegerá en la escuela y acabará siendo su gran amiga. El señor Egon, farmacéutico de profesión, querrá ser el padre. La profesora Stainz estará encantada con un alumno tan instruido y disciplinado. El resto de la clase no. Los encargados de la fábrica se dan cuenta del error del envío e intentan recuperar a Konrad; pero éste ha cambiado y tras un aprendizaje ultra-rápido de hábitos normales en cualquier niño de su edad -siete u ocho años- no es reconocido por los hombres azul celeste como uno de sus productos.


Konrad o el niño que salió de una lata de conservas es un alegato contra la deshumanización ejemplificada en esa fábrica que envía niños perfectos por catálogo, revisados varias veces. Konrad no puede sobrevivir en el mundo real si no introduce en sus normas de convivencia rasgos como el cariño, la libertad y el humanismo en su sentido más amplio. Llega a ser un niño de hoy en día tras un aprendizaje, más bien reaprendizaje, de cosas necesarias para socializarse: saber canciones y juegos, saber reír y sentir, saber defenderse con la palabra, disfrutar con lo convencional y lo no convencional.

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